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“Ensayos para vivir en paz” de Martín Bonadeo
Matilde Llambí
Artist and historian
comunidadpanarte@gmail.com

El pasado 9 de julio se presentó el registro documental de “Ensayos para vivir en paz”, monumental intervención simultánea de todas las pantallas publicitarias y del Subte de la intersección de Corrientes y la 9 de Julio. La obra en sí tuvo lugar entre el 21 y el 25 de junio a la medianoche, momento en que los mensajes informativos y publicitarios de las pantallas fueron reemplazados por videos de una vela consumiéndose. Esta obra de Bonadeo, retoma otra del 2004, realizada en el Yerbabuena Center for the Arts en San Francisco, California, y la resignifica en el contexto de una sociedad atravesada por circunstancias extraordinarias.

Fotos por Jorge Otamendi / Drone Agustin Leandro Beltrame

La presentación del documental contó con el liderazgo de Andrés Duprat, quien en nombre del MNBA presentó a todos los demás disertantes entre quienes figuraban: la investigadora Renata Zas, la astróloga Alejandra Eusebi y el curador del Museo Sívori Sebastián Vidal Mackinson.

Fiel a su estilo, Bonadeo unió a personalidades de distintas esferas en un diálogo que abrió el camino a resignificar simbologías y circunstancias. A lo largo de las repectivas disertaciones, se iban reiterando datos que parecían asombrosas coincidencias, como que el título de la obra aludiera al trígono de paz astrológico que tuvo lugar en la misma fecha, o que la presentación en sí ocurriera en el día feriado del 9 de julio, para una obra realizada sobre esa misma avenida.

Fotos por Jorge Otamendi / Drone Agustin Leandro Beltrame

El video tiene la gran virtud de ser corto, con tomas muy espectaculares realizadas profesionalmente con drones (único rubro de la ejecución de la obra por el que se pagó, como destaca Bonadeo) y un acompañamiento mágico en guitarra compuesto y ejecutado por Fernando Bravo del proyecto Open Guitar (exceptuando una reversión de Bach en guitarra acústica al inicio, del mismo Bravo).

Al respecto de la gestión, el artista sostuvo que lo interesante de la obra había sido seguir el diálogo y la negociación con todos los interlocutores para poder llevarla a cabo sin siquiera mencionar el aspecto económico: “no se pagó por absolutamente nada exceptuando un rubro técnico”.

La complejísima labor de producción estuvo en manos de Teresita Segret, quien solía recaudar fondos para la Universidad Austral y ahora trabaja para el Ministerio de Espacio Público. Según el artista “Negoció todas las pantallas. Ella se puso al hombro las 14 negociaciones. Sin ella, no había proyecto”. Se mencionó también que hubo intenciones de realizar el proyecto hace un año, a propósito de la pandemia, pero en ese momento Clara Muzzio, al frente del mencionado Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, tuvo que desaconsejarlo por la necesidad de concentrar todo esfuerzo en la difusión de datos y prevención respectivos de la pandemia. Sin embargo, este 2021, el esfuerzo mancomunado tanto de Enrique Avogadro en el Ministerio de Cultura, como del Museo Nacional de Bellas Artes, el Ministerio de Ambiente, la Universidad Austral y el artista, rindió en la concreción del proyecto y el documental.

Fotos por Jorge Otamendi / Drone Agustin Leandro Beltrame

Sobre el cierre, Andrés Duprat destacó que a fin de cuentas una obra de estas características “es una poesía que se ubica lejos de cualquier hipótesis intelectual” y Bonadeo retomó una idea de su recientemente editado libro “Pacha Kutiq Wanka” para señalar que “cuando estaba en Perú me decían los lugareños: todo lo que pasa tiene que ver con el Pacha Kuti. Y yo pensaba ¿qué es esto del Pacha Kuti? y me respondían que según la tradición andina, cada 500 años se dan vuelta el tiempo y el espacio. Como una alteración de los dos principios.

Hoy, juntos acá en este espacio tan raro que es zoom, estando cada uno en su casa pero juntos, me sigo dando cuenta de lo que hablaban: un nuevo tiempo y espacio es el que estamos viviendo. Y en paralelo pienso en esta obra, que a nivel dimensiones es la más grande que hice en mi vida y probablemente que habré hecho, y recuerdo que hace unos días en la inauguración éramos Laura, mi mujer, mis dos hijos y el perro, en una intimidad familiar total. Es decir que mi obra más grande va a ser la menos concurrida, la que menos gente vio y la menos verificable.

Estos días muchas personas me llamaron y me preguntaron ¿pero ocurrió de verdad o la trucaste? y eso me interesa mucho porque, con tan pocos testigos, me pregunto cómo se va a historizar; si como una intervención de verdad o como el mito de la misma.”

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